¿Es posible curar el VIH?
Hasta el momento tres personas se han curado de VIH (2022)
La primera persona que se curó de VIH fue el denominado «paciente de Berlín», Timothy Brown en el año 2008; la segunda Adam Castillejo en el año 2020 el llamado «Paciente inglés», y la tercera persona ha sido una mujer este mismo año 2022.
Historia del Paciente de Berlín, primera persona que se curó de VIH
En el año 1995, Timothy Brown fue diagnosticado de VIH, accedió al tratamiento y controló el virus; 10 años después, en el año 2005 enfermó de leucemia mieloidea aguda (LMA), inicialmente se curó con quimioterapia pero tras un repunte de la enfermedad accedió a un trasplante de células madre en febrero de 2007, fue un trasplante muy peculiar, se seleccionaron células con una mutación CCR5 Delta 32 en las células CD4, que hace que las células sanguíneas sean inmunes al VIH al evitar la entrada del virus en ellas. Conseguir este tipo de coincidencias es muy complejo pero el ensayo funcionó.
Timothy se recuperó de la leucemia y tras el trasplante dejó el tratamiento antirretroviral, tres meses después y sin tomar medicación ya no se encontraba VIH en su cuerpo.
En 2008 volvió a recaer con una neumonía y la leucemia volvió por lo que se sometió a un segundo trasplante de células madre, continuó sin VIH en el cuerpo y en 2010 decidió hacerse visible y participar en ensayos para buscar la cura del VIH, en 2012 creó la Fundación Timothy Ray Brown bajo el Instituto Mundial del SIDA.
Tristemente la leucemia que le fue detectada a Brown se agravó a principios del 2020 y finalmente falleció en septiembre de ese año.
Historia del paciente de Londres, Adam Castillejo, la segunda persona curada de VIH
Adam Castillejo se infectó con el VIH en 2003 y en 2012 le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin, un cáncer que afecta a las células del sistema inmunitario, inicialmente se le aplicó quimioterapia pero no funcionó y en 2016 se sometió a un trasplante de células madre con la mutación CCR5 Delta 32, que protege de forma natural frente al VIH; año y medio después dejó el tratamiento antirretroviral y en el año 2019 se hizo público que el VIH había remitido de su organismo.
El paciente de Düsseldorf, cura funcional de VIH
Se trata de un hombre de 50 años con infección de VIH que en febrero del 2013 recibió un tratamiento de células madre para tratar una leucemia mieloide aguda. Las células del donante también tenían la mutación CCR5 Delta 32. En noviembre del 2018, los médicos interrumpieron la medicación antirretroviral y, 14 meses después, continúa sin rebote viral. Los análisis muestran rastros de ADN del virus en los nódulos linfáticos y el tracto gastrointestinal, aunque sin capacidad infecciosa por lo que se denominaría una cura funcional y no curación total. Según los investigadores, estos resultados son compatibles con una remisión sostenida del VIH aunque habrá que esperar para ver resultados a largo plazo.
La paciente de Nueva York, primera mujer curada de VIH, tercer paciente.
La paciente fue diagnosticada de VIH en junio de 2013 y de leucemia mieloidea aguda en 2017, en agosto de ese año recibió un trasplante, esta vez fue por un método más invasivo y peligroso, el transparente empleado requería de sangre tomada de un cordón umbilical que portaba la mutación CCR5 Delta 32 en las células CD4, que hace que las células sanguíneas sean inmunes al VIH.
Los médicos retiraron el tratamiento antirretroviral 37 meses después del trasplante. Hoy ya no muestra rastro de VIH en sangre ni anticuerpos contra el virus.
La paciente de Barcelona, 2022, 15 años sin medicación para el VIH
Una mujer española portadora de VIH, diagnosticada en 2006, lleva más de 15 años controlando el virus de forma espontánea, sin tomar medicación y con una carga viral indetectable, un caso que se ha presentado como “único” y “excepcional” de curación funcional de la enfermedad. El estudio de esta paciente —de la que no se ha divulgado ni su identidad ni edad para proteger su anonimato— ha sido realizado por un equipo liderado por médicos del Hospital Clínic de Barcelona.
Esta mujer fue incluida en un ensayo clínico dirigido por José M. Miró cuyo objetivo era saber si se podía reforzar el sistema inmunitario para que este controlara la replicación viral. De una cohorte de pacientes, un grupo recibió solo antirretrovirales y el otro recibió una serie de tratamientos inmunomoduladores adicionales, incluido un inmunosupresor, la ciclosporina A.
“Tras nueve meses desde que le interrumpieron el tratamiento, esta paciente dejó de tener carga viral detectable del VIH en plasma”, describe la doctora Núria Climent, investigadora del grupo Sida e infección por VIH del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS). De hecho, esta mujer fue la única de los 20 individuos que reaccionó así. “No rebotó el virus, y no ha rebotado durante 15 años y más de 50 analíticas de carga viral; no es que a veces pudiera tener alguna pequeña presencia de bajo nivel. Siempre ha sido indetectable”, completa Miró.
Una vez descubierta la reacción inmunológica de esta paciente, el siguiente paso fue infectar los linfocitos T CD4+, que son la diana principal del VIH. Y se comprobó que estos eran capaces de replicar el virus, lo que sugería que no había ningún problema en la entrada de este en dichos linfocitos. En cambio, cuando Climent y Sonsoles Sánchez Palomino, otra médica del equipo, realizaron cultivos con otras subpoblaciones de células de la sangre, encontraron que sí que había un control muy drástico de la replicación del virus. “Esto sugería que estas otras subpoblaciones eran las implicadas. Con ensayos in vitro demostramos que eran las células llamadas Natural Killer [NK, o “asesinas naturales” en castellano] y también los linfocitos T CD8+″, describe la doctora Sonsoles Sánchez-Palomino. Estas células NK son las que nuestro organismo utiliza para desencadenar una reacción inmunitaria cuando entra en contacto con el virus del sida y, si es potente, puede llegar a controlarlo.
La paciente de Barcelona es única no solo porque hay muy pocas personas con control del VIH tantos años después de haber interrumpido el tratamiento, sino también porque se ha logrado caracterizar el mecanismo de control, y este es diferente al que presentan los controladores de élite, algo que abre nuevas vías de investigación para potenciar la actividad de esas prometedoras células NK y Gamma Delta.
El equipo médico también descubrió, a lo largo del tiempo, que se producía una caída “muy pronunciada y progresiva” del número de virus en el reservorio. “Es como si asistiéramos por primera vez a la victoria sin paliativos del sistema inmunológico sobre el virus. Es precioso ver cómo el reservorio viral cada vez es menor, es como si las NK tuvieran al virus acorralado. Y cada vez van eliminando más células infectadas. Probablemente, llegue un momento en que el reservorio llegue a cero”, ha añadido el jefe de la unidad de VIH del Clínic.
Los investigadores recalcan que la paciente de Barcelona presenta una curación funcional, es decir, que sin ningún tipo de tratamiento controla la replicación del VIH, pero no es que no exista: cuando se analizan sus células, hay un virus viable capaz de provocar nuevas infecciones. Por esta razón, el suyo supone un caso diferente al de los mediáticos pacientes de Londres y Berlín,
Esta forma de control no puedes utilizarla para los casi 40 millones de personas con VIH. En cambio, si logras detectar a un grupo con un cierto sustrato genético que mediante ciertas intervenciones puede controlar espontáneamente el virus, estarías haciendo algo potencialmente mucho más sencillo de escalar.
La complejidad del trasplante de células madre
Conseguir un donante compatible de células madre que además tenga la mutación CCR5 Delta 32 en las células CD4 es muy difícil, la tasa de supervivencia de los trasplantes de células madre no es excelente; normalmente es alrededor de 50/50 por lo que el trasplante de células madre no es el futuro de la cura para las personas con VIH.
Intentos fallidos
Desde Timothy Brown han sido muchos los intentos de replicar el caso de el ‘paciente de Berlín’ que han concluido en la reaparición del virus.
Por ejemplo, en el año 2014 se reportó el caso de el ‘paciente de Essen’, que recibió un trasplante con la mutación CCR5 Delta32. Pero cuando se interrumpió el TAR, el VIH experimentó un rápido rebote. Y en otros tres casos de trasplante de células madre, que no presentaban la mutación CCR5 Delta 32, el virus rebotó a las 12, 32 y 41 semanas, respectivamente.
Línea de investigación hacia la cura del VIH
Si bien el trasplante de médula no es un sistema aplicable a todas las personas con VIH existen diversos estudios que siguen esta línea de investigación y abre las puertas a la esperanza de una cura del VIH.
Otra vía de investigación es potenciar la actividad de las prometedoras células NK y Gamma Delta como en el caso de la paciente de Barcelona.
El consorcio IciStem
Tanto el Paciente de Londres como el de Düsseldorf forman parte del consorcio IciStem, coordinado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Centro Médico Universitario de Utrech (Holanda). Está integrado por unos 200 investigadores en Europa, Estados Unidos y Canadá, y han analizado cinco millones de personas para identificar potenciales donantes de médula ósea y cordón umbilical con dos copias de la alteración genética que resulta protectora frente al virus.
- On 18 julio, 2022