VIH e impacto psicológico
«Una cosa es la parte médica de la enfermedad…Lo verdaderamente duro es el impacto emocional»
Desde la aparición del VIH ha habido grandes avances terapéuticos, con fármacos antirretrovirales cada vez más eficaces, un mayor conocimiento de la enfermedad y un mejor manejo de las complicaciones relacionadas, mejorando la calidad de vida de las personas afectadas por VIH.
En una de las reuniones del Grupo de Ayuda Mutua que se realiza en Omsida, los participantes lo expresaron con total claridad “una cosa es la parte médica de la enfermedad. Hoy en día, pasado el shock inicial del diagnóstico y superadas las complicaciones físicas que ha podido haber sobre todo con un diagnóstico tardío, con información, comienzas a asimilar que si te cuidas y llevas bien el tratamiento es una enfermedad crónica que te permite hacer una vida normal. Lo verdaderamente duro es el impacto emocional y depende del momento en el que te pille te puede hacer daño…”
El impacto del diagnóstico va a depender de varios factores, no todas las personas reaccionamos igual, pero sea como sea ese impacto, la persona pasa por un proceso de asimilación y aceptación. Según los factores personales y también sociales, las reacciones serán más sanas y adaptativas.
Muchas veces lo que sucede es que la persona interioriza creencias, emociones y actitudes negativas que socialmente existen con respecto a las personas con VIH. Este proceso es lo que conocemos como internalización del estigma o autoestigma. El estigma interno va a influir en la manera en que una persona se percibe a sí misma y en la forma que cree ser valorada por los demás.
Todo esto tiene un impacto a nivel social y psicológico, haciéndole sentir que tiene algo malo que le hace no ser suficientemente bueno para los demás, o incluso llegar a plantearse que nunca encontrará a alguien que le quiera, llegando a renunciar a un proyecto de pareja, o aislándose del entorno. El autoconcepto y la autoestima pueden verse resentidos.
Surgen inquietudes como, “Y si se enteran… ¿Seré etiquetada/o como promiscua/o?; ¿Quién me querrá? “Tengo algo malo que me va a acompañar roda la vida”;” La culpa es mía por no haberme cuidado”; “Como se den enteren de lo que tengo, sabrán que soy un fraude”; “Es normal que nos rechacen, la sociedad no esta preparada”; “¿Cómo voy a tener relaciones sexuales? …Si no se lo digo es como si estuviera engañando”
Proceso de duelo y aceptación
En líneas generales, el proceso de aceptación, es similar al proceso de duelo, porque la persona vive la enfermedad como “pérdida de la salud”. Algunas de las fases por las que puede pasar la persona son:
- Negación: se da un estado de shock, como una defensa que nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada o impactante. Pueden aparecer miedos porque tienes inicialmente un diagnóstico, pero poca información o todavía no has asimilado la que te han dado. Te cuesta compartirlo con tu círculo cercano y puedes sentirte solo o aislado.
- Tras ese primer momento aparecen las emociones negativas: la culpa, la ansiedad, la decepción, el enfado o la ira, vergüenza. A veces su impacto es tan grande que nos cuesta cuidarnos y aparecen pensamientos del tipo “no es justo, por qué a mi”…Otra emoción que puede aparecer es la tristeza, quizás de la mano del miedo o las posibles consecuencias que nos puede traer la enfermedad a nuestras vidas.
- La negociación. La persona empieza a comprometerse con la realidad de la enfermedad crónica e intenta llegar a acuerdos consigo misma y con los demás para mejorar la salud.
- La aceptación. Supone ver la enfermedad como una parte más de nuestra vida, algo que forma parte de ella pero que no nos define. Es importante entender que la aceptación no es resignación, es afrontamiento activo. Es asumir que el VIH forma parte de nuestras vidas, comprometernos con las acciones de autocuidado para manejarlo activamente.
- La aceptación de la enfermedad conlleva también un proceso de autoaceptación. Para poder avanzar y soltar esas creencias y actitudes erróneas y negativas y gestionar las emociones negativas que la acompañan, la persona tiene que entender que se trata de precisamente de eso, un proceso y que lleva su tiempo y que va a ir pasando por una serie de etapas en las que poco a poco, irá aceptando y normalizando, adquiriendo y desarrollando herramientas que le ayudarán a la autoaceptación, y le llevarán a asumir el derecho a disfrutar de una vida social, sexual y emocional plena.
Este proceso se ve facilitado cuando la persona recibe la ayuda adecuada. El recurrir a una asociación como puede ser Omsida, permite el encontrar un espacio seguro en el que poder expresar y compartir esas inquietudes con personas que han pasado por la misma situación, creando una red de apoyo y en el caso de ser necesario, también poder recibir atención psicológica, que permita romper con esas creencias y desbloquear a nivel emocional y de conducta.
Si tienes VIH y necesitas orientación o ayuda llámanos 976 201 642 / 627 425 826 o escríbenos un correo electrónico: psicologia@omsida.org
- On 14 febrero, 2022